EL COLIBRÍ DE ORO

Era un viaje distante y arriesgado, ya que para llegar al Uku Pacha debía llegar a las profundidades de la selva.

Cuenta la historia que una mañana los colibrís andinos despertaron con un raro presentimiento y justo al medio día una extraña lluvia empezó a caer mientras el dios inti aún seguía en el cielo, es así que, fatigados y preocupados por su presentimiento, decidieron convocar al gran consejo de colibrís de los andes. En esta reunión llegaron a un consenso y los líderes dijeron “Para nuestro pueblo es muy importante estar comunicados con nuestros ancestros, ha pasado algo esta mañana y algo tenemos que hacer. Es por eso que necesitamos enviar a uno de nosotros a las profundidades del Uku Pacha”. Una misión mortal que curaría las diferencia entre este mundo y el reino de sus ancestros. Para esta misión eligieron a Muru Muru, un colibrí muy trabajador, gran padre y gran esposo, fue elegido por unanimidad por su peculiar plumaje entre gris y multicolor y su impecable reputación.

Era un viaje distante y arriesgado, ya que para llegar al Uku Pacha debía llegar a las profundidades de la selva. Pero ya tenía una idea de como realizar el viaje a la selva, era común entre ellos, que, al realizar viajes largos, se escondan en los pututos de los chaskis, quienes eran los mensajeros del imperio Inca. Los chaskis estaban tan bien organizados que recorrían todas las rutas del imperio, solo debía tener en cuenta de intercambiar de pututo cuando el chaski le pasaba la posta a otro chaski. El camino que une la ciudad del Cusco con la ciudad secretea de “Patiti” era la ruta que necesitaba Muru Muru para llegar a las profundidades de la selva. Era un camino secreto, resguardado celosamente por los chaskis, para que nadie supiera de su ubicación.

Una vez en la selva, Muru Muru abandona su guarida y sale en busca del gran río donde mora la Yacumana, la gran serpiente del bosque. Tenía que encontrarla, ya que era su siguiente transporte al Uku pacha. La gran boa no se percato de la presencia de Muru Muru y este aprovecha un bostezo de Yacaumana para meterse entre sus afilados dientes, esta sin tener conocimiento de su pequeño pasajero emprende su viaje hacia las profundidades y una vez que llegan al Uku Pacha, Mur Muru sale volando por su nariz y se percata de las diferencias con su mundo, en donde los colores, aromas, sonidos y las luces celestiales no cesan. Empieza la búsqueda de sus ancestros q’entes y los encuentra volando entre las flores aromáticas de este lugar. Estos le dijeron que tenía que hablar frente al clan superior de los q’entes del mundo de abajo.

Sus ancestros acordaron que, para solucionar el impase, Muru Muru debía regresar al bosque y dirigirse a Patiti, la ciudad de oro, y al llegar a la cima de la pirámide mas alta debía reposar por un momento al lado del korenkeke de oro ya que para ellos sería un privilegio y resolvería todos los inconvenientes creados.

Muru Muru accedió y partió hacia Patiti, pero cuando se posó junto al ave sagrada incaica, se solidificó y se transformó en oro llamándose Qoriq’ente: el colibrí de oro incaico y ave sagrada. Esta posición de privilegio la logró gracias a su astucia y sacrificio, desde ese momento en adelante sus descendientes lo llamarían con orgullo Qoriq’ente, el colibrí de oro que reposa en lo altares de la ciudad sagrada de oro de los Incas.

¿Ya habías escuchado esta historia? ¿Qué otras historias o cuentos conoces?

Peruvian Shades